Los Lencas
Existe polémica sobre la descendencia y origen de los Lencas. Sin embargo, de acuerdo a Barón Castro, los Lencas son los restos directos de los Mayas que no siguieron el éxodo que dio fin al antiguo imperio Maya. A la llegada de los españoles, su población se encontraba ubicada en la parte que hoy comprenden las repúblicas de El salvador y Honduras.
En la actualidad se sabe muy poco sobre las lencas prehispánicos pero según relatos y escritos de los cronistas, sacerdotes, gobernadores e historiadores, se sabe que los lencas, antes de la llegada de los españoles, eran el pueblo más extendido que habitaba la actual república de Honduras. Ocupaban parte de occidente, centro y sur del país habitando poblados con un tamaño promedio de 350 casas. No fueron poseedores de grandes centros ceremoniales y se caracterizaron por practicar una agricultura basada en el cultivo del maíz y los frijoles, a un ritmo de 3 cosechas al año y por sus prácticas culturales, como la molienda del maíz cosido con ceniza y las fiestas religiosas periódicas. Por otra parte, cierto tipo de auto sacrificio humano testimonia la afinidad del pueblo lenca con las culturas mesoamericanas.
En 1853 el viajero e investigador E.G. Squier escuchó que los indios de Guajiquiro (La Paz) llamaban a su lengua "lenca" y al encontrar coincidencias lingüísticas con otros pueblos del mismo departamento, acuño el vocablo "lenca" para identificar a éstos y a los demás indígenas del occidente, así se origino el nombre Lenca para identificar a este pueblo.
Los Care, Cerquin, Potón y Lenca; eran poblaciones que, si bien es cierto estaban aislados por grandes distancias, se mantenían unidas por lazos culturales y una historia en común. A cada grupo le correspondía un territorio bien delimitado, repartido en cacicazgos. La población bajo el mando de un cacique se organizaba en pueblos. Al momento de la Conquista había por lo menos 500 poblados. Existía una casta sacerdotal, una de nobles y de guerreros. Las guerras eran frecuentes entre los diferentes señoríos. Pero entre los que hablaban la misma lengua, ósea los cuatro grupos principales, hacían pactos temporales de paz, vestigio de los cuales ha llegado hasta hoy la tradición del Guancasco.
De acuerdo a datos históricos, antes de la llegada de los españoles, los lencas y los demás grupos indígenas que habitaban la región estaban gestando su propio proceso histórico. Los relatos acerca de las "cruentas guerras", dejados por los cronistas coloniales, dan fe de una efervescencia política que tendía hacia la consolidación de poderes hegemónicos. Existían las relaciones de producción comunal primitivas.
La conquista y colonización española de Honduras consistió en un proceso de destrucción violenta de la organización socioeconómica de los pueblos indígenas. En el caso concreto de los lencas, de acuerdo a los cronistas, la conquista no fue fácil, pues resistieron por más de veinte años. Un factor que prolongó la lucha fue la organización social con la que contaban; su acción de resistencia más importante fue la conocida como "La rebelión de los lencas", encabezada por el cacique Lempira en el año de 1537. Lempira que significa "Señor de la Sierra", forjo la unidad de todo el pueblo lenca (Cares, Cerquines, Potones y Lencas propiamente dicho) alrededor de una confederación de tribus organizadas para luchar contra los conquistadores. Lempira fue nombrado jefe de la resistencia y con un ejército que fue integrado por cerca de dos mil guerreros, inicio la lucha que, según fuentes históricas se prolongó por más de seis meses.
En la actualidad se sabe muy poco sobre las lencas prehispánicos pero según relatos y escritos de los cronistas, sacerdotes, gobernadores e historiadores, se sabe que los lencas, antes de la llegada de los españoles, eran el pueblo más extendido que habitaba la actual república de Honduras. Ocupaban parte de occidente, centro y sur del país habitando poblados con un tamaño promedio de 350 casas. No fueron poseedores de grandes centros ceremoniales y se caracterizaron por practicar una agricultura basada en el cultivo del maíz y los frijoles, a un ritmo de 3 cosechas al año y por sus prácticas culturales, como la molienda del maíz cosido con ceniza y las fiestas religiosas periódicas. Por otra parte, cierto tipo de auto sacrificio humano testimonia la afinidad del pueblo lenca con las culturas mesoamericanas.
En 1853 el viajero e investigador E.G. Squier escuchó que los indios de Guajiquiro (La Paz) llamaban a su lengua "lenca" y al encontrar coincidencias lingüísticas con otros pueblos del mismo departamento, acuño el vocablo "lenca" para identificar a éstos y a los demás indígenas del occidente, así se origino el nombre Lenca para identificar a este pueblo.
Los Care, Cerquin, Potón y Lenca; eran poblaciones que, si bien es cierto estaban aislados por grandes distancias, se mantenían unidas por lazos culturales y una historia en común. A cada grupo le correspondía un territorio bien delimitado, repartido en cacicazgos. La población bajo el mando de un cacique se organizaba en pueblos. Al momento de la Conquista había por lo menos 500 poblados. Existía una casta sacerdotal, una de nobles y de guerreros. Las guerras eran frecuentes entre los diferentes señoríos. Pero entre los que hablaban la misma lengua, ósea los cuatro grupos principales, hacían pactos temporales de paz, vestigio de los cuales ha llegado hasta hoy la tradición del Guancasco.
De acuerdo a datos históricos, antes de la llegada de los españoles, los lencas y los demás grupos indígenas que habitaban la región estaban gestando su propio proceso histórico. Los relatos acerca de las "cruentas guerras", dejados por los cronistas coloniales, dan fe de una efervescencia política que tendía hacia la consolidación de poderes hegemónicos. Existían las relaciones de producción comunal primitivas.
La conquista y colonización española de Honduras consistió en un proceso de destrucción violenta de la organización socioeconómica de los pueblos indígenas. En el caso concreto de los lencas, de acuerdo a los cronistas, la conquista no fue fácil, pues resistieron por más de veinte años. Un factor que prolongó la lucha fue la organización social con la que contaban; su acción de resistencia más importante fue la conocida como "La rebelión de los lencas", encabezada por el cacique Lempira en el año de 1537. Lempira que significa "Señor de la Sierra", forjo la unidad de todo el pueblo lenca (Cares, Cerquines, Potones y Lencas propiamente dicho) alrededor de una confederación de tribus organizadas para luchar contra los conquistadores. Lempira fue nombrado jefe de la resistencia y con un ejército que fue integrado por cerca de dos mil guerreros, inicio la lucha que, según fuentes históricas se prolongó por más de seis meses.
La Lengua
Esta se extinguió en las últimas décadas del siglo antepasado y las primeras del siglo pasado. Pueden encontrarse aún algunos ancianos que recuerdan palabras lencas que oyeron de sus padres o abuelos, pero el idioma vivo ha dejado de existir. Aunque existe la posibilidad de que algunos ancianos hablen la lengua, muestran gran celo para revelarlo. La población en general ya no muestra ni evidencias de la posibilidad de rescatar una lengua estructurada.
Religión
Para los lencas, la religión es el cuerpo totalizador de su cultura. Profesan el catolicismo como lo hace la gran mayoría de la población del país, no obstante, de una forma muy propia: ellos la reconocen como "la religión antigua" y la diferencian conscientemente de la ortodoxia católica. De la religión antigua han perdurado prácticas y concepciones que justifican esta diferencia. La religión antigua, altamente conservadora posee profundas alteraciones de los proyectos católicos. (Por ejemplo: asocian a Cristo y la virgen María como el padre y la madre formadores). Esta inclusión de elementos autóctonos es lo que la caracteriza.
Practican sacrificios de animales o "composturas", como ellos los llaman, para agradecer o pedir perdón a los ángeles y a los santos; guardan con celo en su memoria pasajes de la "historia divina" que no aparecen en la Biblia, de cómo Dios formó las nubes, el maíz y el mundo.
Los lencas representan en la actualidad una población indígena que tiende a desaparecer, producto de la constante latinización, la perdida de su lengua y con ello, el desaparecimiento de gran parte de sus rasgos culturales.
Practican sacrificios de animales o "composturas", como ellos los llaman, para agradecer o pedir perdón a los ángeles y a los santos; guardan con celo en su memoria pasajes de la "historia divina" que no aparecen en la Biblia, de cómo Dios formó las nubes, el maíz y el mundo.
Los lencas representan en la actualidad una población indígena que tiende a desaparecer, producto de la constante latinización, la perdida de su lengua y con ello, el desaparecimiento de gran parte de sus rasgos culturales.